El pecado de la cobardía

Por: Giancarlo Torre

"día" de "mes" de 2024

La RAE (2023), nos enseña en su primera acepción que el temor es la "pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso". A consecuencia del temor, surge el pecado de la cobardía, pues intimida a los seres que esclavizados por el miedo, rehúsan a accionar u obrar determinada acción. 

Bueno es temer el mal, pues el sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado (Proverbios 14:16), por lo cual cuando el sabio observa un ambiente pecaminoso, teme y se rehúsa a la acción de ir, por ejemplo, a una fiesta donde hay alcoholismo o a un lugar de indecencia como las playas por saber que es dañoso y contaminador a sus ojos por la indecencia de las personas que acuden a esta bella creación de Dios; sin embargo, el temor humano puede estar presente así como en el mal, en el bien, pues muchos por el miedo dan a luz a la cobardía de anunciar el mensaje del Señor a las naciones, pues dentro de sí consideran algo arriesgado o peligroso hacerlo, por lo cual sus ánimos se inclinan a huir o rehusar predicar el Evangelio de salvación, o hacer otras obras buenas de virtud cristiana. 

¿Por qué se origina el temor humano?

Las Escrituras nos dan respuesta al por qué del temor, y para toda alma deseosa de no ser esclavo de este mal, es de gran satisfacción saber la causa para solucionar sus efectos que produce. Veamos que enseña el Señor:

"Porque el mal es temible: se condena a sí mismo. Perseguida por su conciencia, siempre espera lo peor. Tener miedo es simplemente renunciar al auxilio de la razón; Cuanto menos cuenta con esta ayuda interior, más aumenta la causa desconocida de su sufrimiento" (Sabiduría 17:10-11).


¿Cómo dejar el temor?

Reina Valera 60

En el día que temo, yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? ¿Por qué debería aborrecer el temor?

Versión Latinomericana

Confía en Dios (la fe se perfecciona por las obras)

En ti pondré, oh Altísimo, mi confianza el día que tenga miedo. Renuevo mi fe en las palabras de Dios, confío en Dios y no temo más: ¿qué me puede hacer un ser de carne?




Porque no venimos a halagarlos con el presente escrito ni a dirigirles un discurso por conseguir sus favores, sino a pedirles que pronuncien su juicio al cabo de una exacta y rigurosa investigación, y que no dicten sentencia contra ustedes mismos, llevados de un prejuicio o del deseo de complacer a hombres supersticiosos, o movidos por una irreflexiva precipitación o de unos pérfidos rumores inveterados. Contra ustedes, decimos, porque nosotros estamos convencidos de que por parte de nadie se nos puede hacer daño alguno, mientras no se demuestre que somos obradores de alguna acción criminal o nos reconozcamos culpables. Ustedes pueden matarnos, pero dañarnos, no (Apología I, 2:3-4 (Justino un ejemplo de confianza en Dios)).

Fortalece tu fe

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Juan 5:4). 


Conclusión


Apocalipsis 21:8

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar